Era domingo por la tarde. Después de un considerable empacho de interné me pase por casa y decidí intentar de una vez por todas hacer esa calabaza al horno. Corte mi calabaza en rodajas, sin quitarle la piel. Puse el horno a media temperatura y para quitarme la galbana decidí ir darme un paseíto, por no quedarme en casa. También había decidido descubrir de una vez por todas dónde estaba la piscina de la universidad. Así que dirigí mis pasos hacía la otra orilla del río donde se encuentran las instalaciones deportivas. Pasaba algo curioso. Todo estaba repleto de coches, pero no se veía a nadie. Descubro la piscina, cerrada. Pero para mi sorpresa oigo música, niños, palmas. Cruzo el césped de un gigantesco campo de rugby y entro en el Coetzenburg Estadium. Capacidad? como medio estadio Zorrilla. Contenido? miles de cristianos de Stellenbosch y alrededores entregados a un predicador rodeado de instrumentos musicales, pantallas gigantes, focos y un espectacular equipo de sonido. Qué hacían allí? rezar, celebrar, vibrar y pasárselo pipa. Quiénes eran? Cientos de fieles de la Iglesia Cristiana de Shofar. Y no, no tenía cámara de fotos, ¡maldición!
He venido corriendo a interné a buscar información. Pero no sé muy bien donde ubicarlos dentro del cristianismo. Por lo visto es un iglesia que surgió hace unos quince años aquí, en Stellenbosch. Ellos se declaran como una "dinámica, no denominacional y familiar iglesia... que quiere llevar el Evangelio a todo el mundo en obediencia a nuestro señor Jesucristo". El estadio vibraba y yo con vibraba con esa gente. No entiendo de dónde sale tanta iglesia en este país ni cómo es que se combina tan bien religión y progreso, pero a pesar del caos que me supone ordenar todo este jaleo, lo último que podría afirmar es que ésto (Sudáfrica) sea un "sindios".
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